
En un artículo anterior hablamos sobre Sylvester Stallone, y cómo su vida
es una auténtica historia de superación personal. Aunque hoy en día es
considerado toda una leyenda de Hollywood, habiendo creado una de las sagas más
famosas del cine, tuvo que superar innumerables obstáculos para conseguirlo.
Pensando en esto, en el Blog de Sergio
Kou hemos preparado un artículo muy especial, donde nos enfocaremos en la relación de Sylvester Stallone y su
perro Butkus. Además, conocerás algunos detalles sobre cómo nació el guión
de la primera película de Rocky.

La verdadera historia de Butkus, el perro de Rocky Balboa
El protagonista de Rocky comenzó su carrera en medio de problemas
económicos y maritales. Es así como debemos remontarnos a 1975, cuando llevaba
un poco más de un año casado. Su sueño era convertirse en un actor de primera
categoría, por lo que acostumbraba asistir a todo casting que le fuera posible.
Esto no le gustaba a su esposa, quien siempre le insistía para que buscase un trabajo
estable.

Solo su mejor amigo lo apoyaba incondicionalmente. Se trataba de su
mascota, un perro de raza bullmastiff
llamado Butkus. Aunque su compañía lo confortaba en cada momento, juntos
pasaban hambre y vivían en precarias condiciones. Esto motivó a la futura
estrella a tomar decisiones bastante cuestionables. La primera de ellas
consistió en robar las joyas de su pareja, con el objetivo de venderlas. Pero
nada se comparó con lo que hizo después.

Sylvester Stallone escribe el guión de Rocky
Sin tener dinero suficiente para alimentarse, y cerca de una tienda de
conveniencia, vendió a su mascota a un desconocido por cuarenta dólares. Este
día se convirtió en uno de los peores de toda su vida, y mientras regresaba a
su casa no dejaba de llorar. Semanas después, logró asistir a una lucha entre Muhammad
Ali y un boxeador sin mayores reconocimientos, quien demostró gran resistencia
y perseverancia a pesar de perder. Esta fue la pelea de box que inspiró la historia de Rocky.

Sylvester Stallone y Butkus, una amistad de película
De este modo, Sylvester Stallone llevó a cabo una hazaña impresionante,
pues en aproximadamente veinte horas escribió el guión de la película. Luego de
muchas ofertas que no lo convencieron, logró vendérselo a un estudio, con la
condición de que fuera el protagonista. Teniendo consigo el dinero, no dudo en
regresar a la tienda antes mencionada, donde esperó por varios días.
Finalmente, el hombre al que le había vendido su perro apareció. Tuvo que pagar
la suma de quince mil dólares para recuperarlo, pero es algo de lo que nunca se
arrepintió. Butkus apareció en Rocky y
Rocky II, para luego fallecer en 1981 por una enfermedad cardíaca.